Algunos no quieren verme ni en pintura, otros sacrifican al menos una moneda y los últimos solo pestañean en la esquina. Son los tres tipos de gente que estoy viendo ahora. Muchos se sienten con derecho para hablar de este sencillo blogger criticando mi partida a otras tierras apegados a lo que ellos creen que debí hacer, el actuar sensato y seguro. Poco me importa la verdad y si le dedico un par de líneas es solo para exorcizar esos demonios que hablan hasta por los codos.
Ahora estoy en otra cosa, haciendo las cosas que debí hacer hace tiempo y viviendo mi vida en un “delay” constante. Trato de no cometer mas errores y camino con pies de plomo. Pero no quiero perder mas tiempo explicando cosas que podré aclarar después ahora quiero llevar estas líneas en otra dirección.
¿Y quién es Lucas? me preguntó mi tío una vez mientras viajábamos al sur a desocupar la casa que solía tener mi familia. No supe bien que responder y no recuerdo que fue lo que le dije pero lo cierto es que Lucas estaba en mi cabeza desde hace mucho tiempo pero comenzó a aparecer cierto día en un supermercado de Valdivia, entre frutas y verduras. Cuando ella me lo preguntó.
Es que Lucas necesitaba de Lolita para existir si no, no tenía sentido. Es simbiótica la relación creo yo. Es todo lo que quería ser y todo lo que quería tener. Por eso Lucas no podía existir en el sur, necesitaba un nuevo fondo y nuevas caras. Nueva vida, vivencias y sobre todo una princesa para amar y cuidar.
Hay cosas que pasan y otras que no y son las primeras las que te acercan a conocer a las personas y te hacen llegar a amarlas u odiarlas. A veces uno llora por lo que siente y eso tiene un lado bueno sin llegar a lo enfermizo. Nadie puede decir que todo es miel sobre hojuelas y es que el blanco no tiene sentido si no existe el negro. Todo este compendio de cosas y situaciones tienen una enseñanza mayor que las fábulas de nuestra niñez. Son triunfos y derrotas que engrandecen y nunca aminoran a una persona. ¿Estoy siendo un poco redundante?
Acá Lucas no hubiese durado una semana sin el aliento constante de Lolita. Todos sus enemigos, que se transformaron en los míos, no ven las cosas buenas. No saben que estoy tranquilo y en paz. Que los vicios enfermos quedaron atrás y que el futuro esta mas cerca y no mas lejos. Pueden reclamar lo que quieran menos que cambié. Si, puedo ser un mal amigo y dejarlos tirados a todos, puedo ser un mal hijo y abandonar a mi madre, puedo ser inconciente y arrancar por la puerta de atrás pero estando acá mirando las cosas con una buena distancia pienso en si de verdad soy mal amigo o son ellos los que no supieron entender que no estaba bien allá, si mis brujas no pudieron ver que era alguien mejor y que a lo mejor me fui por la puerta chica para no armar alboroto. En alguna debo estar en lo cierto.
Acá estoy lejos, lejos de estar solo. Inmediato a la tormenta viene un colador gigante que se mide en cosas tan simples como cuanto dura la batería del celular. Luego de eso quedan varias voces que con una cuota de recelo admiten que todo puede ser mejor. Eso es suficiente.
La única voz que no se fue a ninguna parte fue la suya, aguantó de todo y aún tiene fuerzas para seguir. ¿Cómo se retribuye un cariño así? A veces la deuda me exaspera y me mueve por cursilerías que son bien recibidas. Bien sabe que la amo tanto por lo que es como por lo que ha hecho por mi. Por eso creí justo dedicar este posteo a mi princesa, a mi Lolita. No creo haberme excedido en nada , cuando uno está enamorado no conoce límites.
miércoles, 12 de julio de 2006
From Lucas to Lolita.
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2 comentarios:
Escribiré cuando pueda hacerlo. Cuando hable. Cuando sienta que siento.
Solo te necesito.
Entonces el PC es en mi pieza
:)
El nervio rico se mantiene, ya lo sabes. Pero el miedo permanente de Lo corrompe algúnas cosas que quisiera que permanezcan en el tiempo.
Como esa sonrisa en el pecho en un supermercado comprando nada.
Te amo Lu.
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