Curriculum Vitae

Mi nombre se lo saben de memoria y todos saben que nací en el 80, en Pucón. Padre de mi mismo partí a vivir a Valdivia junto a mi mamá al tiempo después y tuve una niñez extraña, con amistades adultas incluso en el jardín infantil. Conocí el carrete antes que todos mis amigos aunque sin la ingésta alcohólica y crecí sitiendome siempre un "viejo chico". Entré al colegio que quería y lo conocí cuando mi tía hippona me llevó a un concierto de Schwenke y Nilo. Fuí recibido por las vacunas en el brazo y un cura nazi. Tenía muchos compañeros que se hicieron mis amigos con el tiempo y pasaba tardes enteras solo, escuchando música y montando espectáculos frente al espejo como los que solía montar para mi familia cuando era mas pequeño.

Luego todo se vuelve confuso y no podría ordenarlo cronológicamente. Nació mi hermana, murió mi tía hippona, nacio mi prima, se casó mi tío, me encandilé por primera vez con una mina y me refugié en la música. Comencé a tocar y todo parecía tener sentido, todo menos mi futuro. Era demasiado cobarde para seguir siendo distinto y pronto me dí cuenta que me estaba volviendo un niño, ese que nunca salió a jugar a la pelota ahora salía a tomar y bailar en asfixiantes discoteques. Comencé a recuperar mi incocencia y a tener amigas para jugar y no mujeres para amar. Comencé a fallarle a todos y a mi mismo, comencé a mentirme tratando de ser como todos y subirme a la linea de ensamblaje de la educación. En alguna parte leí lo siguiente: "Interrumpí mi educación para entrar al colegio" y en cierta forma creo que eso me pasó. Terminé siendo lo que con un amigo denominamos "Niño grande", aburrido de ver como la gente por la que yo entregaba tanto me reclamaba por ser tan inmaduro, como se reían de mis sueños luego de compartirlos durante tantos años. Opté por olvidarlos y aislarme, los despedí por mucho tiempo y antes de partir me encontré con una pasejera en el muelle, teniamos destinos similares y nos amarramos de las manos casi sin darnos cuenta. Me enseñó demasiado, desde como levantar la voz hasta la diferencia entre el tener sexo y hacer el amor. Me demostró que las frutas y verduras no matan al hombre y que a veces hay que darlo todo por lo que uno quiere. Una noche me mostró un departamento de alfombra azul y sillones rojos, con un solo dormitorio y me dijo "este es tu hogar", me enseñó a justificar lo que escribo y a tener valor para dar los pasos. El resto fue pega mía y ya llevaba un poco adelantado, había comprado mapas ruteros e hice viajes de excursión, cargué la mochila y partí. El resto se dedicó a apedrearnos y algunos, solo algunos agitaron pañuelos desechables en el aire. Creo que nadie se dió el trabajo de conocernos y si algunos lo hicieron saben bien de los que estoy hablando.

Es tarde y este posteo terminó siendo aburrido y vulgar, no me dejó satisfecho porque se que puedo dar mas. Si alguien aún lee estas lineas que disculpe lo burdo del contenido y no pierdan la fé, mañana será otro día y estaré un paso mas cerca de la realidad.