Mas Veneno Por Favor!

Acá, en el sur, donde camino sobre el pasto, donde parece haber oxígeno, donde el agua del océano es azul porque refleja el cielo y el cielo es azul porque refleja el océano. Acá, donde crecí, donde te encontre.
Parecía que el tiempo se tomara un descanso, un suspiro entre un segundo y el que continuaba y la puerta se abre. Un abrazo repetido como todos los años y no pude, no pude acercarme pero estaba ahí. Me sentía como un alcohólico en un bar mirando de reojo la botella que causó tantas borracheras, no podía ni sacarle chispas a un encendedor. Pasaron las horas y mis labios se despegaron, mi mandíbula crujía pero al menos se movía.
¿Y qué si me gusta el veneno y quiero beberme hasta la última gota?
La calle vacía, bueno casi vacía como la caja de vino que cargaba. Otro amanecer testigo.
A veces me siento como en un punto de partida, otra vez. ¿Qué hacer? Si juego la misma estrategia ya conozco el resultado, si intento otra cosa es un abanico de probabilidades. Una definición de locura es la repetición de una acción una y otra vez esperando resultados diferentes, adivinen ahora cual sería mi elección.
Todos pisamos hielo delgado ¿Cómo es posible ser tan cínico? ¿Acaso nunca te has levantado con resaca jurando no beber más y el viernes siguiente haces lo mismo? Todos tenemos nuestro lado insano, siempre esperamos resultados diferentes.
Así que no me pongan en rehabilitación ni me den sermones que no pienso escuchar, no me den antídotos o somníferos. Si mi destino es morir envenenado, entonces moriré feliz.