
Otro viernes en casa y ya se me está haciendo costumbre, no es tan malo cuando hay cigarros que fumar y palabras para disparar.
Tengo sueño pero mis zapatillas gastadas tienen otra historia que contar, otra historia para los escasos pero nobles lectores de este rincón en donde mi nombre es distinto para proteger al principal culpable de todo que soy yo mismo.
Mis zapatillas gastadas, mis únicas compañeras eternas en las buenas y en las malas, son ellas quienes me inspiran a escribir y en ellas encuentro las líneas que no encuentro en mi cabeza. Hoy me dijeron algo que es digno de pintar en un cuadro, de transformar en canción. Me contaron mi historia.
Esta comienza hace ya casi 27 años atrás cuando aún tenía neuronas pero no las usaba más que para balbucear, comer y cagar en mis pañales de trapo. Luego vienen los primeros recuerdos de cuánto circo se aparecía por la ciudad, de las tostadas en la estufa de mi abuela y de las pailas de queso derretido donde raspaba los restos quemados. Los primeros años de colegio compitiendo por ser uno más y luego darme cuenta de que quería otra cosa. Una que hasta hoy día me hace distinto hasta cierto punto, una donde no importan los billetes, donde me son útiles el dolor y las vivencias cotidianas, donde es necesario conocer al resto y a mi mismo para poder fotografiar los momentos con acordes y melodías.
Faltan unos días para la torta, los saludos y los abrazos pero para mi sigue siendo un día mas en el calendario, un día mas para huir del cariño de la gente quizás para extrañarlo y buscarlo mas tarde. No es especial la gente que te saluda en tu cumpleaños, es especial el que te dice te quiero cualquier día del año, que te abraza y te hace sentir en casa sin importar donde estés. A esas personas les perdono el olvidar un 9 de julio porque hacen de cada día uno especial.
La historia continuó con porrazos y combos directos en el hocico por parte de mucha gente y algunos choques contra mis propios muros de ladrillos. A veces tenía los nudillos sangrando de rabia y otras veces salían lágrimas rojas de mi nariz. No aprendí mucho de esas visitas al suelo, no tanto como hubiese querido al menos pero ahí están como mudos testigos mis rodillas peladas de tanto arrastrarme. Con una cicatriz en mi muñeca izquierda sigo caminando tratando de contarles mi historia con tambores que no pueden modular con tanta claridad mis desventuras, pero sigo aquí. Traté de parar el tren, traté de tragar mas pastillas y mas alcohol pero no me dejaron ni subir ni bajar, me dejaron aquí mismo y agradezco a quienes me rescataron de esa tormenta mientras mi superhéroe disfrutaba los placeres que brindan las vacaciones.
A veces vuelvo a pensar en lo que hubiese pasado si no hubiese estado para este cumpleaños o si no estoy para el otro pero la religiosa pastilla se encarga de sacarme esas cosas de la cabeza.
Es hora de cerrar este capitulo. Ahora viene la tarea de prender otro cigarro y pensar en mis 3 deseos para las velas, deseos que nunca llegan pero en pedir no hay engaño me dijeron alguna vez.

4 comentarios:
Algún día ire a Don Francisco ^^...
Que susto...acabo de mascar un chocolate y estaba tan duro..que creí que me había quebrado un diente :S...pero no :/
oie oie...pucha..tenemos que hablar...no sé si pueda salir mañana :/....con la salida del jueves...me resfrié..pucha...más encima tenía que haber ido donde mi abuela y no fuí por eso...si digo que voy a salir mañana...me van a retar..por la %$·#@&!!
te quierooooooooooo =)
y uhmmm vamos a buscar la foma...ok?
=D cuidatemuchomuchooooooo
Encontremos la forma
porfa....
=(
esto es tu culpa... no me kiero ir ='(
Patas de lana ^^
ti kiri!
nada más decir que escribes bien , simple, los justo y necesario, lo que hace falta hoy en día...
pocas palabras muchos sentimientos
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